Inestable Hasta en la Madurez

miércoles, 1 de julio de 2009

Then She Found Me (Estados Unidos – 2007)


Dirección: Helen Hunt.
Guión: Helen Hunt, Alice Arlen y Victor Levin, basado en la novela del mismo nombre de Elinor Lipman.
Producción: Helen Hunt, Dana Jackson, Pamela Koffler, Katie Roumel, Connie Tavel y Christine Vachone.

Cinematografía (Fotografía): Peter Donahue.
Dirección de Arte: Stephen Beatrice.
Música: David Mansfield.
Edición: Pam Wise
Reparto: Helen Hunt (April), Bette Midler (Bernice Graves), Collin Firth (Frank) y Matthew Broderick (Ben).
Calificación: 7
Tratando de encontrar una opción alternativa ante una cartelera repleta de estrenos despampanantes y de secuelas e historias repetidas, decidí salir del distrito de salas de cine más cercano a mi lugar de residencia, alejándome hacia uno de esos complejos más cercanos al centro de la ciudad donde la cartelera es un poco más variada, cabe mencionar que gracias a un módico pago mensual puedo ir las veces que quiera a una cadena de cines, así que me encontré con una curiosidad que me hizo recordar los primeros años en los que las series de televisión me llamaban la atención, casi tanto como ver una película. Me fue sorprendente pero creíble ver de regreso a Helen Hunt, aquella que inundaría las salas con distintas películas entre los años de 1998 a 2002, desde la espectacularidad de efectos especiales como “Twister” (Tornado) hasta la excelente “As Goosd As It Gets” (Mejor… Imposible), pero en esta ocasión no solo reaparece como actriz, sino que a sus más de 45 años hace su debut como directora. Al principio el tema no fue de mi interés, simplemente quería saber que expresaba una veterana del cine como lo es Helen Hunt, y también ver como ha cambiado la atractiva Jaime Buchman (de la serie de televisión “Mad About You” – Loco Por Ti).



El tema del filme no es nada nuevo, ni siquiera inesperado, simplemente Helen Hunt se fue por el género por el cuál se le recuerda más, una comedia romántica en donde los personajes llenan la pantalla con sus personalidades extravagantes y contradictorias (véase “Mejor… Imposible”) dentro de tres temas muy populares en los últimos años: la madurez, el deseo de concebir y la ruptura simbólica de la familia. Nos encontramos con un típico lío amoroso, con una “pareja de tres”, la constante confusión y posterior decisión entre el deseo del amor y el amor racionalizado. En este caso las opciones son entre Mathew Broderick y Collin Firth.







Pero el trabajo se vuelve complejo si dejamos del lado el contexto antes mencionado, la construcción del personaje que interpreta la misma Hunt, parte de una idea de exclusión desde la familia, entre el conflicto entre el formar parte y el saber que muy probablemente su origen cultural es muy distinto, ya profesa la religión judía con la seguridad de que racialmente no pertenece a ese grupo, al saberse adoptada se acepta dentro de una identidad formada por una cultura entrecruzada. La construcción de su realidad esta condicionada a una constante confusión desde la comprensión de su ser, a la exclusión que se construye dentro de diversos niveles, como lo biológico (la supuesta conexión entre su madre y su hermano), lo social (un estigma auto construido del “hijo adoptado”) y lo cultural (adopción de tradiciones y costumbres).







Lo racial y lo cultural son partes importantes para la construcción de una identidad, son elementos que juegan dentro del sujeto como naturales o lógicos, pero dentro de las nuevas estructuras familiares nos topamos con que los lazos y construcciones desde lo biológico parecen cada vez más extraños. Los individuos se forman a partir de conexiones e influencias cada vez más diversas, en el caso del personaje de Helen Hunt el reencontrarse con su madre biológica no fue más que la entrada a un mundo extraño, socialmente inducido como un deber moral, un deber hacia aquél símbolo de “madre” que te dio la vida, pero que se contradice al no ser parte de la formación de un mundo y de una vida social y cultural específica. Por eso existe una extrañeza entre lo biológico y la familiaridad de lo cultural, entendiéndolo como un juicio valorativo, que se vuelve difuso y muy contradictorio entre la “Existencia” y el dotar de sentido a esta última.









Otro punto importante es el lugar del personaje dentro de la sociedad, una serie de elementos sociológicos básicos que bien pueden ser la clase, la raza, la cultura y el género. En el caso de este último la relación entre la pareja sentimental del relato se representa en papeles inversos dentro de lo convencional. Me refiero a que a partir de un elemento común, el divorcio en su caso, nos encontramos con que la soledad que tienen que vivir es, en el caso de Helen Hunt pasiva (o inclinada a una cotidianidad masculina) y en el de Collin Firth activa (el crearse dos papeles como madre y padre, mayormente representado y estereotipado por madres solteras). Una débil ruptura en los papeles de género se forma en esta pareja, que fuera de los convencionalismos funciona para tratar de comprender idealmente un papel o rol dentro de una supuesta modernidad cambiante y progresista, aunque muchas veces resulte ser más tradicionalista, por que lo esencial, o sea los roles, seguirán siendo la estructura de la relación de pareja y de la familia.









Uno de los temas con mayor popularidad en los últimos años va dirigido hacia un público esencialmente femenino, y que contiene muchos elementos tradicionales que mantienen a la mujer dentro de una diferencia primordial en las relaciones de género, esta es la idea de la “Mujer Madura” como dueña de su destino, con una independencia y éxito, sobrepasando toda diferencia de género. Con un llamado instintivo y natural por querer ser madres, y es que este sentimiento puede ser parte de una construcción social del ideal de mujer, y que al ver que su “tiempo” se agota, es muy común en la televisión y el cine ver distintos ejemplos (Véase Sex And The City, 30 Rock, Dr. House en el caso de la televisión o Baby Mamma en el cine, y todos los chismes de las celebridades que quieren ser madres). Esta crisis más bien la veo como tradición y temor de no cumplir con el papel ideal, el de producir nuevos sujetos dentro de una sociedad que a pesar de su abundancia en eso, se exige más. Aunque creo que en el papel queda dentro de lo simbólico, ya que se trata de orillar a la mujer a formar parte dentro de su rol de género.





Una de las opciones que se manejan es la adopción, a lo cuál el personaje principal se niega por no creer en el lazo sentimental que la carne y la sangre puede generar. Pero en esto consiste su maduración, en una comprensión de la construcción de lazos desde lo simbólico, una idea de madre que se genera a partir de las relaciones sociales y culturales cotidianas que se tienen dentro de un círculo de referencia, a lo cuál conocemos como familia.






A pesar de que se mantiene en lo convencional y en el género que Helen Hunt adopto a partir de sus interpretaciones anteriores, el resultado es de buena calidad. Su forma de expresión se debate entre la visión tradicional o “masculina” del cine con algunos momentos de expresión desde elementos más enfocados a una visión de género.





Lo Mejor: La honestidad y la no artificialidad del discurso de Helen Hunt, que inclusive se transmite en su apariencia física, una mujer de 45 años con tantas arrugas (y aún así atractiva) en Hollywood no es común.

Lo Peor: Que los temas nos remiten a la moda de lo “femenino” del momento: entre esos la adopción, hablando principalmente de las noticias constantes sobre celebridades de “enorme corazón” que adoptan niños como pasatiempo y la crisis de la mujer madura que de repente decide ser mamá. Además el personaje y la interpretación de Bette Midler que solo se mueve entre lo ridículo y lo cliché.

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