La Memoria Histórica de un Crimen con Vergüenza

jueves, 4 de junio de 2009

The Reader (Estados Unidos / Alemania – 2008)


Dirección: Stephen Daldry
Guión: David Hare Basado en la novela de Bernhard Schlink “Der Vorleser”
Producción: Donna Gigliotti, Anthony Minghella, Redmond Morris y Sidney Pollack
Cinematografía (Fotografía): Roger Deakins y Chris Menges
Dirección de Arte: Christian M. Goldbeck, Erwin Pribb y Yesom Zolan.
Reparto: Kate Winslet, Ralph Fiennes y David Cross.



En la actualidad parece no existir una memoria histórica que logre crear una conciencia en donde la humanidad en sus diferentes culturas logren evitar catástrofes humanas y sociales. Los horrores continúan y las victimas aunque puede que hayan cambiado de papel siguen siendo de una condición muy parecida. Hay quienes dicen que el Holocausto de la segunda guerra mundial nunca existió, pero tampoco hacen mucho ruido acerca de que no solo judíos perecieron en esos campos de concentración, sino también miles de personas de origen africano, gitanos y musulmanes perecieron en este penoso y terrible suceso del siglo pasado.
Esa es la historia de Hanna Scmitz (Kate Winslet), que forma parte del contexto general, más no ideológico de este suceso histórico. El relato de su personaje no recae en las tradicionales formas melodramáticas o historicistas en donde se trata de redimir a un personaje moral ante una situación que estuvo fuera de su control, o convertirlo en un ser heroico que al generar conciencia y trata de tener acción bondadosa tras el horror que lo rodea, aunque se trate principalmente de una forma individualizad. Hanna es un personaje mucho más complejo, me atrevo a decir que ni siquiera es una historia de amor, aunque la mayor parte de su estructura emana una sensualidad que gran parte del público lo puede tomar simbólicamente como ofensivo, ya que moralmente la idea de que una mujer de edad mayor en su relación sentimental con un hombre mucho más joven no es completamente aceptada inclusive aludiendo al símbolo idealista del amor.




La historia transcurre desde unos años antes de la Segunda Guerra Mundial, y sigue hasta finales del siglo pasado, lo interesante de esta estructura lineal es que la guerra solo aparece como una circunstancia lógica dentro de la sociedad, en la que Michael Berg (Ralph Fiennes) y Hanna Scmitz (Kate Winslet) conviven románticamente. Al principio la rutina tiene un efecto de enamoramiento sobre Michael, quien logra transmitir su pasión por la lectura a Hanna en sus encuentros ocasionales, formándose un fetiche la lectura en voz alta.
La historia y las circunstancias separan a esta pareja que estaba predestinada a no seguir juntos. Mientras los años de la guerra no son mostrados, el joven Michael decide estudiar leyes, y en una práctica dentro de un juicio en contra de criminales de guerra se encuentra con Hanna acusada de colaborar en una de las matanzas del Holocausto. Es cuando se da cuenta de que el horror y la vergüenza que persigue a Hanna no es el temor a la cárcel o castigo, ni siquiera la culpa de haber participado en esos actos, es una vergüenza que siente de manera social. Una mujer de carácter muy fuerte y de una sensualidad explosiva esta prisionera o exiliada del placer del conocimiento, y de una resistencia a la comunicación que la lleva a aceptar un castigo que dentro de las leyes es merecido, pero que moralmente debido a su fetiche pueda quedar absuelta.

Un relato que expresa sensualidad durante la vida de una mujer que vivió marcada por la vergüenza de una memoria histórica difícil de borrar. Ella no sentía vergüenza, culpa ni arrepentimiento por ser parte de esa memoria. Es un relato sobre la pasión de una mujer por el conocimiento, pero que la orilló a ocultarse y aceptar una culpa que tal vez no le correspondía debido a una condición social que la avergonzaba, ella vivía el horror dentro del horror.


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