martes, 2 de junio de 2009

Gran Torino (Estados Unidos / Australia – 2008)

Dirección: Clint Eastwood
Guión: Nick Schenk
Producción: Clint Eastwood y Bill Gerber
Cinematografía (Fotografía): Tom Stern
Dirección de Arte: John Warnke
Reparto: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang y Anney Her.


Una vez más el maestro de la cinematografía estadounidense, el señor Clint Eastwood nos brinda una maravillosa historia dentro de una sociedad en claros problemas de adaptación y de construcción de identidades, todo envuelto en violencia que va desde la acción instruida militarmente hasta la simbólica. Un relato sobre la cultura norteamericana y su constante proceso de construcción que ha tenido durante toda su historia, desde su fundación hasta la actualidad en donde sus acciones militares, económicas y políticas sobre otras naciones han hecho que otras culturas emigren y / o adopten la idea norteamericana de libertad y propiedad, construyendo híbridos, que a pesar de la inclusión violenta de símbolos que pueden llegar a ser hasta contradictorios mantienen una ideología de supervivencia dentro de lo racial.
Nos encontramos con Walt Kowalski un ex combatiente de la Guerra de Corea, que como muchos otros personajes de Eastwood tiene una concepción de la realidad muy apegada a la violencia y con un carácter muy duro y seco. Aunque es un hombre que podría considerársele amargado, no tiene acciones con intenciones malas, si no más bien como alguien “chapado a la antigua”, a él le cuesta demasiado adaptarse a nuevos valores y formas culturales en un tiempo de constantes cambios. Reacio al cambio parece despreciar a los inmigrantes que han llenado su barrio, anteriormente considerado un suburbio blanco de Detroit, y a su familia y la religión que profesa, estos últimos perecen ser parte inherentes al personaje pero que no logran definirlo, son pasajes en la vida de Walt pero no le han formado el carácter como lo fue la guerra y el trabajo dentro de una fábrica automotriz. No teme a los nuevos vecinos que inundan su lugar de origen, simplemente le recuerdan el origen de su carácter violento, en la guerra él asesinaba personas parecidas como trabajo.



Walt Kowalski es un símbolo claro de la identidad estadounidense que se formo tras las guerras mundiales, y que se conformaron en la lucha contra el comunismo. Junto a Kowalski queda otro símbolo que en estos años esta muriendo económicamente, la grandeza de la producción tecnológica de los Estados Unidos reflejada en la industria automotriz, especialmente en la zona de Detroit. Walt y su auto un Gran Torino son de los últimos símbolos que quedan de la grandeza norteamericana. Mientras tanto su vecindario se llena en su mayoría de latinos y asiáticos, estos últimos a quienes combatió. En un acto completamente normal para un norteamericano, protegiendo hasta con armas su propiedad privada, esta acción resulta en que protege indirectamente a la familia asiática vecina de unos pandilleros, esto lo convierte en un héroe involuntario y lo acerca a esta familia y cultura que parecía aborrecer. Poco a poco el hombre duro que ni su familia soportaba va encontrando nuevas formas de adaptación en un entorno social nuevo para él.

Un relato muy bello sobre la muticulturalidad y la violencia que conlleva el proceso de adaptación de una sociedad multicultural. El viejo malhumorado que dice saber de la vida y la muerte logra darnos una lección sobre las crisis de identidad cultural en el mundo actual. Un trabajo de una belleza casi suprema, nos lleva por un camino de soledad, comprensión y admiración de una sociedad norteamericana más apegada a la realidad.


Kowalski es un amargado reasiente al cambio, pero una vez convencido y comprendido tiene la sabiduría de un abuelo, y una experiencia sobre la vida y la muerte inclusive mayor sobre quienes son considerados expertos y guías en eso, como el joven ministro de la iglesia que insiste en confesarlo.

Más que una gran sorpresa o una confirmación sobre el trabajo de Eastwood, me parece que ha alcanzado una madurez que solo los grandes realizadores como Fellini o Kubrick lo han logrado. Si no me creen, sus últimos tres trabajos son de una calidad y de una crítica social dentro de su añoranza norteamericana, que incluye el western como parte estructural de su relato, son de una belleza dramática y contemplativa especial, solo hay que recordar “Million Dollar Baby”, la saga “Letters To Iwo Jima” – “Flags Of Our Fathers” y ahora “Gran Torino”. El viejo amargado y sabio pistolero lo hizo otra vez, sería una lastima si los rumores de que se trata de su último trabajo frente a la cámara sean ciertos, de ser así estaríamos presenciando una última y legendaria interpretación.

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