El Centro de Atención

lunes, 1 de junio de 2009

Rachel Getting Married (Estados Unidos - 2008)


Dirección: Jonathan Demme.
Guión: Jenny Lumet.
Producción: Neda Armian, Jonathan Demme y Marc E. Platt.
Cinematografía (Fotografía): Declan Quinn
Dirección de Arte: Kim Jennings
Reparto: Anne Hathaway, Rosemary DeWitt, Bill Irwin, Tunde Adebimpe, Mather Zickel, Anna Deavere Smith y Debra Winger.

En los últimos años hemos visto un surgimiento del cine independiente norteamericano de excelente calidad, atrás quedaron las épocas del súper 8 y las ideas románicas y de culto sobre el cine denominado como serie b. Cada vez más personalidades de la farándula de Hollywood voltean a esta forma de realizar cine al que también se le ha llamado “Novísimo Cine Norteamericano”, entre otras cosas para demostrar sus habilidades de interpretación, en esta buena película el turno fue de la joven, guapa y talentosa Anne Hathaway.

Dentro de un ambiente blanco y familiar, la hermana de la protagonista lleva a cabo su boda, se trata de una relación interracial; una vez más las relaciones disfuncionales de la sociedad norteamericana se centran en la familia como principal razón y lugar de conflicto para los problemas fundamentales de una sociedad en decadencia por la deformación de valores morales que dejan de lado la religión, la política e inclusive los problemas económicos que serían importantísimos en sociedades latinoamericanas como la nuestra. El director coloca al espectador como un analista psicológico que nos muestra las dificultades de una persona que ha sufrido una tragedia tal vez causada por la misma disfuncionalidad de una familia, que puede ser adjetivada como tradicional de la clase media estadounidense. Un problema principal de esta sociedad moderna, o tal vez post-moderna estadounidense es la drogadicción como un atributo que le concede al personaje, real o ficticio, las condiciones para poder generar situaciones que van desde lo “Cool”, pasando por la desesperación, el grito de atención y terminando en la “tragedia” dentro una sociedad que tiene un problema de consumo, que se ha convertido en una situación tan grande e integrante culturalmente, el consumo de droga se ha convertido en un escenaria y hasta papel importante en la tragedia y en la narrativa dramática de los Estados Unidos.


La sociedad y cultura norteamericana esta llena de producciones culturales y artísticas que van transformando poco a poco sus valores. La crisis de las familias tradicionales es un proceso de crisis en las sociedades occidentales de nuestra época. Kim (Anne Hathaway) busca la atención de sus parientes ya que sufre de este terrible problema de adicción además de un proceso de culpa que la lleva a aislarse de la sociedad. Pero se encuentra con que su hermana es el centro de atención de esta historia, las dos reclaman ser el centro de atención con discursos y razones justificables dentro de la misma historia, y que parecen muy interesantes como caso de psicoanálisis.

La película muestra de una forma muy bella los momentos exagerados o minimizados de una familia que ha sufrido la desintegración y las transformaciones producidas por la adopción de arquetipos dentro de este núcleo. Una crítica que va más allá de la mirada convencional al deterioro familiar y a la adicción de drogas peligrosas. Es más bien una crítica a las transformaciones culturales de una sociedad en crisis ante valores y símbolos que se han confundido entre Hollywood, la televisión (su violencia), el consumo de droga y la comida rápida. La protagonista y su hermana encuentran la inclusión en una sociedad multicultural pero que aísla gradualmente hacia un individualismo psicológicamente aterrador, las dos buscan ser el centro de atención en su círculo más elemental, la familia, pero se encuentran con que es el primer paso del proceso de individualización.


Trailer:

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