El Reduccionismo de la Mitología

viernes, 26 de junio de 2009

X-Men Origins: Wolverine (Estados Unidos– 2009)

Dirección: Gavin Hood
Guión: David Benioff y Skip Woods
Producción: Hugh Jackman, John Palermo, Lauren Shuler Donner y Ralph Winter
Cinematografía (Fotografía): Donald McAlpine
Dirección de Arte: Michael Diner, Brian Edmonds, Ian Gracie, Helen Jarvis, Karen Murphy y Mark Robins
Música: Harry Gregson-Williams
Reparto: Hugh Jackman, Live Schreiber, Danny Houston, Will i Am, Lynn Collins, Kevin Durand, Dominic Monaghan, Taylor Kitsch, Daniel Henney y Ryan Reynolds.


Dentro de la crisis económica que nos invade en todo el planeta, se han movilizado diversos mecanismos de compensación o de apoyo a mercados que no solo son importantes para la economía capitalista, sino también dentro de la maquinaria ideológica que representa toda una concepción del mundo social como los Estados Unidos, el ejemplo más claro dentro de esto es el cinismo de General Motors, quienes se han declarado en bancarrota y precisan un rescate por medio de su gobierno, obviamente utilizando recursos que bien podrían ser destinados a otros sectores. Los mecanismos del mercado se mueven para evitar un supuesto colapso priorizando la dinámica social que esta basada en un ritmo de consumo y ganancia que parece ser insostenible. En el caso del cine, al cuál podemos describir como una maquinaria o industria ideológica y económica muy grande, refiriéndome Hollywood (aunque no me gusta llamarlo así, prefiero verlo como parte importante del campo de producción cultural), se realizan campañas para evitar que sus ganancias bajen, lo cuál no sería una catástrofe para quienes manejan el negocio, pero tal vez si para aquellos personajes y trabajadores anónimos que son responsables de la realización técnica y hasta creativa de este maravilloso arte; que no nos engañen los rostros que vemos en la pantalla, ellos no serán los afectados y prueba de eso fue la pasada huelga de escritores que no logró un gran beneficio para los creadores de las historias y personajes que nos fascinan y que disfrazan a los actores y demás personalidades del glamour de Hollywood.


Y es que estamos justo en la época del año en donde los grandes estrenos llegan a nuestras salas, y que en la segunda mitad del siglo de vida de este arte se ha generado un vicio entre la publicidad, el periodismo y el cine que regala valores de jerarquización en lugar de priorizar las formas de expresión, que parecen estar relegados a un tercer nivel, prevaleciendo tópicos más apegados a la producción, utilizar datos y comentarios como que se realizó con un total de millones de dólares como excusa principal para ver la película. X–Men Origins: Wolverine es el primero de una serie de estrenos espectaculares, sobre una historia conocida y que despierta gran interés dentro del género de las adaptaciones cinematográficas de un cómic, de gran popularidad en los últimos años.

A mi me parece muy interesante toda la simbología dentro de las historias sobre héroes o anti-héroes, y de la utilización de recursos literarios y sociales apegados a la estructuras de la mitología. Wolverine no se escapa a esta descripción, abarca muchos elementos desde la mitología, es un personaje con características específicas que le permiten realizar acciones extraordinarias, siendo símbolo de un cambio dentro de la sociedad, en este caso proveniente desde la genética, pero al mismo tiempo es condenado debido a sus atributos. Condenado a una vida casi eterna y con responsabilidades que son creadas a partir de su moralidad. En otras palabras, Wolverine esta atrapado en su propia condición, venerado por su fuerza, pero temido debido a que se asemeja en cierta forma a la fuerza e instintos de un animal salvaje.

En el título menciono que existe un reduccionismo en la historia de Wolverine, con esto no me refiero a que se logra una síntesis de la simbología que trata la historia de los X-Men, sino mas bien a un concretización basada en elementos comerciales y de acción producida en Hollywood. Creo sinceramente que los fanáticos del cómic se quedaran esperando que la historia del personaje se desarrolle de manera más profunda, concentrándose en los elementos complejos de su psique que lo llevan a decidir sus acciones a través del tiempo, en donde la violencia es parte esencial. Hay muchos elementos que parecen quedar expresados de manera fugaz y que hubiera despertado el interés del público dentro de la narrativa de la película, un ejemplo claro es el proceso histórico de Logan a través de las distintas guerras de lo Estados Unidos y que solamente es presentado como introducción. Lo que me refiero es que como muchas películas de acción cae en la reducción de la historia, dándole la importancia casi central a las secuencias explosivas y de movimientos acrobáticos, mucha acción sin sentido literario. Solo se toma la imagen del héroe de Marvel y se construye un héroe arquetípico de Hollywood, con sus características fantásticas y omitiendo sus complicaciones, así como la relación con su entorno, y la crítica social que hay dentro del personaje.

Hay una reducción narrativa y una explosión de contacto, las imágenes se disparan en miles de fragmentos que pueden ser observados meticulosamente gracias a una alta definición y al poder del “slow motion”; los contactos violentos son envolventes y hasta se puede sentir saborear el metal y la sangre que provienen del personaje “Wolverine”. Los sentidos se dispersan y se confunden en un cóctel de habilidad extrema, evolución humana, testosterona y patillas largas. “X-Men Origins: Wolverine” es la confirmación de la popularidad de un “Anti-Héroe” amnésico y metálico, de una historia tan grande como compleja es su situación dentro del universo mutante de Marvel, y esto es precisamente lo que falto profundizar. Logan y Victor Creed (su hermano, Lobezno) comparten un carácter violento, me parece que es una construcción de una simbiosis entre el ser salvaje y el ser social. Me parece que hace falta una explicación más social que biológica para comprender al personaje, la pantalla salta a la acción desde el principio, hay partes que tratan de tejer un sentido narrativo a la película, pero más bien se trata de un momento de calma antes de la acción en la cuál se envuelve al espectador. Creo que Wolverine es más complejo, tanto como una obra literaria, su mitología es reducida al simplismo Hollywoodense.

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