La Culpa es de la Ideología

jueves, 27 de agosto de 2009

La Faute à Fidel (Estados Unidos / Francia / Argentina – 2006)



Dirección: Julie Gavras.


Guión: Julie Gavras y Arnaud Cathrine. Basado en la novela del mismo nombre de Domitilla Calamai.
Producción: Sylvie Danton.
Producción Ejecutiva: Mathieu Bompoint.

Dirección de Arte: Laurent Deroo.
Cinematografía (Fotografía): Nathalie Durand.
Edición: Pauline Dairou.
Música: Armand Amar.
Reparto: Nina Kervel- Bey (Anna), Julie Depardieu (Marie), Stefano Accorsi (Fernando) y Benjamín Feuillet (François).
Género: Comedia, Familia, Histórica.


Calificación: 6



En un ambiente parisino y en la década de los años 60’s la historia de la segunda obra de Julie Gavras nos anuncia muy bien sobre que procesos se van a debatir los problemas de los personajes. Dentro de los movimientos de 1968 que se suscitaron en todo el mundo, nos encontramos con una familia de origen franco – española, una familia que vivía de manera cómoda hasta que la tragedia de la muerte de un familiar del padre (español de nacimiento) lo hace reflexionar sobre sus acciones y su posición cuando tal parece que el mundo se convertirá en un campo de batalla por la búsqueda de mejores condiciones de vida. Estamos hablando de un mundo que se ha dividido en dos, y donde los dos bandos han creado toda una paranoia y una serie de prejuicios radicales los unos de los otros. A quienes les tocó vivir esta paranoia desde el hemisferio occidental vivieron en una atmósfera social sobre acusaciones ante los “rojos”, formas violentas que eran parte hasta de cualquier mínima reclamación, movilización y unión entre miembros conscientes de la sociedad. En el caso de la película el inclinarse hacia este bando era el comienzo de las acciones para cambiar las relaciones de la sociedad, un futuro que en ese momento era difuso, y que se volvía perfecto para intentar dirigirlo hacia una sociedad mejor.





Se tiene remordimiento de lo que uno hace o no hace a pesar de que es evidente que se trata de una buena acción, esta idea individualista de que primero se ve por uno y los suyos, y después si sobra se ayuda a los demás no es nueva. En una sociedad donde el remordimiento y la culpa son la base de la construcción moral, no me sorprende que sean los adultos (los padres de Anna) quienes se construyan toda una idea sobre su participación en movimientos de carácter social, mientras que los pequeños sean aquellos que tengan que sufrir los cambios y adaptarse de buena o mala manera a las nuevas formas en las que se desarrolla y se relaciona su familia, y sobre todo en la contradicción ideológica que de repente es impuesta y que es cuestionada de manera perspicaz a pesar de los pocos años de vida de Anna (Nina Kervel-Bey), la pequeña protagonista. Todo un nuevo universo se levanta frente a Anna, quien apenas trataba de entender las reglas morales de una escuela religiosa (católica) y que de un de repente choca con una forma de pensar como el socialismo, confundiéndola en su comprensión de los conceptos de lo bueno y lo no tan bueno.



El padre, Fernando (Stefano Accorsi) quien ha perdido a un familiar debido a la injusticia y las atrocidades del Franquismo en España, no voltea a los movimientos de su país de origen, ya que ve con pesimismo un horror del cuál escapo para esconderse, sino más bien voltea hacia lugares donde se percibe un optimismo mayor, o sea, Latinoamérica, en donde principalmente Chile y Cuba han logrado un avance en la conformación de gobiernos de carácter socialistas, y debido a su carácter pacifista, Fernando se inclina más hacia el proceso democrático de Salvador Allende que del militar de Fidel Castro, aunque como dice el título, Fidel, junto a Ernesto “Che” Guevara, Salvador Allende y Mao Tse Tung se conforman como íconos que portan una ideología que hace frente a la injusticia de la voracidad capitalista, en otras palabras Fidel y los demás tienen la culpa de que los papás de la pequeña Anna piensen en toda la sociedad como un deber moral y ya no en su familia como lo principal.





El trabajo cinematográfico está cargado de inclinaciones sobre juicios de valor entre las dos ideologías reinantes, el capitalismo y su antagónico socialismo / comunismo, y es evidente como estos luchan en una pequeña niña que se encuentra en los años donde se forma su carácter, y que se envuelve en toda una odisea donde trata de organizar sus pensamientos entre lo correcto y lo justo. Con una formación religiosa católica de manera estricta en su escuela, y con un padre que la va convenciendo sobre la importancia de generar una consciencia ante el mundo, la visión de la joven se vuelve un híbrido entre mantener ciertos caprichos y comodidades del dinero y la satisfacción de pelear y ayudar a los necesitados, una forma de pensar que ha sido parte de la cultura de varios países de Latinoamérica, incluyendo México. Una dicotómica que es muy común en la cotidianidad de nuestro pensamiento e ideología como sociedad, un ejemplo claro es que la mayoría de los mexicanos son ateos hasta que ofenden a la virgencita de Guadalupe.




Esta película a pesar de lo plano de su argumento nos muestra de manera peculiar una visión de cómo es visto los movimientos sociales y políticos desde una perspectiva Europea, y si bien han existido muchos individuos procedentes de estas sociedades que han estado comprometidos con diversas luchas en todo el mundo, en el caso de los personajes nos topamos con una visión idealista de “ayuda al prójimo” que se asemeja más a la idea de Anna sobre no generar un remordimiento sobre el trabajo bien ganado y ayudar cuando se pueda con una conciencia de caridad, que la necesidad y la lucha obligada de pueblos que han sufrido el horror, la deshonra y la crueldad a través de su historia. Nos topamos con una pareja que a pesar de sus buenas intenciones no pueden terminar de comprender el sufrimiento de un pueblo, ya que los problemas sociales con los que han crecido son demasiado diferentes. Si bien el cambio solo se logra actuando, los personajes actúan de manera directa en los problemas socio – políticos de su época (y que se ha quedado la deuda, dichos problemas nunca encontraron solución), pero mientras más avanzan se encuentra con las contradicciones con las que estas misma ideologías incompletas fueron creadas. La culpa las tienen las ideologías, al obligar a toda una sociedad a tener que elegir bando, la indiferencia (que se ha consumado en nuestra época) no encontraba lugar en esta época, o eras rojo (comunismo) o eras verde (capitalismo).



Lo Mejor: La visión de la directora se acopla a la imaginación y la construcción de la realidad de una pequeña niña. La inocencia, la perspicacia y la honestidad de alguien que ve la lucha de ideología como un casi absurdo.

Lo Peor: La valorización de las dos formas de pensar es evidente en la directora, se juega la aceptación de los dos bandos en lugar de expresar su verdadera inclinación.

2 comentarios:

mancha dijo...

Me interesa saber dónde conseguir algunas películas raras:

Haber si tu sabes dónde:

1. El Rey Lear de Jean Luc Godard
2. Hace un año en Marienbad de Alain Resnais
3. Yo Pierre Riviere, no sé quien es el director.

Si tienes alguna info, ahi avisame, también soy del df.

Saludos, buen blog el tuyo

mancha dijo...

Por cierto, soy poeta pero me interesa hacer una película. Me gustaría que charlásemos luego, en algun sitio.

Es todo