De Niro y Pacino, Tan Clásicos que no Merecen Tal Simpleza

jueves, 9 de julio de 2009

Righteous Kill (Estados Unidos – 2008)


Dirección: Jon Avnet.

Guión:Russell Gewirtz.
Producción: Jon Avnet, Rob Cowan, Randall Emmett, Lati Grobman, Avi Lerner, Alexandra Milchan y Daniel M. Rosenberg.
Cinematografía (Fotografía): Denis Lenoir.
Dirección de Arte: Christina Ann Wilson.
Música: Ed Shearmur.
Edición: Paul Hirsch.
Reparto: Robert De Niro (Tom Kowan), Al Pacino (David Fisk), Carla Gugino (Karen Corelli), 50 Cent (Spider) y John Leguizamo (Det. Simon Perez).
Género: Drama, Thriller Policiaco


Calificación: 6

Han sido muchas y muy variadas las leyendas que giran al entorno Hollywoodense, y no hablo solamente de las creadas a través de magistrales historias e interpretaciones, si no también de aquellas que se enrarecen de anécdotas incompletas y de rumores que son contados como trivialidades por cinéfilos y aficionados al “Behind The Scenes”, o al detrás de la magia del proceso de producción que incluye una película. Una de mis favoritas trata sobre el conflicto de egos entre Robert De Niro y Al Pacino, y que tiene como origen la obtención del afamado papel de Michael Corleone en la extraordinaria saga de la mafia de Coppola: “The Godfather”. Como todos sabemos Al Pacino interpretó al joven mafioso dejándole a De Niro el papel de un joven Vito Corleone que aunque extraordinario, no aparece mucho en pantalla. Y no hay que olvidar aquella película de Michael Mann, “Heat”, en la que protagonizan los dos actores pero donde se rumora que por una enemistad ya antigua no quisieron estar presentes en el mismo plató, obligando al director a utilizar tomas estratégicas que simularan una actuación conjunta y antagónica. Bueno para hacerla un poco más rápida, en la nueva película podemos ver, tal vez por primera vez a estos dos grandes íconos del cine norteamericano y de la ciudad de Nueva York, juntos en la pantalla cinematográfica, aunque a mi parecer esta ansiada unión ante tal fama y niveles de interpretación deja mucho que desear.



Favorito de Scorcece y de una interpretación única, Robert De Niro es un actor que se ha convertido en leyenda, es un artista que ha sabido envolverse dentro de entornos cinematográficos y culturales que van desde su raza (véase “Goodfellas” y “Raging Bull”) hasta la anarquía (véase “Taxi Driver”). De carácter y cara dura, De Niro se vuelve un clásico del cine hollywoodense con pretensiones artísticas y sociales. Con sus personajes podemos aprender de la multiculturalidad de entornos urbanos como Nueva York o Nueva Jersey, en donde la convivencia esta envuelta de violencia y de costumbres estereotipadas. De Niro y sus personajes viven en una constante lucha entre el romper y el seguir con el estereotipo (principalmente italiano) de generaciones que tratan de construir una nueva forma de vida cultural en espacios delimitados, no por el espacio si no por la diferencia cultural.




Explosivo y de voz fuerte, Al Pacino representa a ese joven neoyorquino que lucha por el éxito o por la necesidad entre las clases de una conciencia urbana en construcción, sobre todo a mediados de los años 70’s y principios de los 80’s. Si bien ha pasado por heredero del negocio de la mafia (véase la trilogía “The Godfather”) también lo hemos visto como el héroe de la clase obrera de la “Gran Manzana” (Véase “Dog Day Afternoon” y “Serpico”). Al Pacino también es una leyenda ya que ha generado un estilo tan único que a pesar de impregnar a casi todos sus personajes, ni a críticos ni al público le parecen tediosos ni repetitivos, es un hombre que asombra con su sola presencia. Con una mirada sincera y trasnochada siempre nos recuerda esos momentos de lucidez tras noches intensas.


Pero ya hemos hablado mucho de lo que estos dos actores / símbolos significan para el cine, ahora me dirijo a la película que sirve de pretexto para hablar de los dos, “Righteous Kill” de Jon Avner. Sin ser un director muy reconocido dentro de Hollywood, podemos decir que es eficiente y que tiene momentos de asombro pero que principalmente sigue las reglas de cine tradicional. En la propia película, y su tema, mantiene las reglas hasta un cierto punto, para empezar cuenta con el nombre de estas dos leyendas, que las envuelve en un dilema moral de justicia y de compañerismo. Los investigadores policíacos, mejor conocidos como detectives, se ven dentro de una persecución de un famoso empresario que a su vez es asesino y narcotraficante, pero en donde no hay suficientes pruebas para su detención (véase “The Untouchables” de Brian de Palma donde Robert De Niro interpreta a Al Capone, sin duda una situación similar), aunque no es muy alentador ver a “50 Cent” en tal papel. Me parece que el detectivismo policíaco es un lugar común para que estos dos personajes se desarrollen en un estilo más personal, dos detectives de edad madura, que aunque más lentos y con situaciones ya conocidas, nos deleitan con algo que esperábamos y de todos modos disfrutamos.


No podemos dejar de lado que nos encontraremos con elementos ya considerados clásicos en las películas del género policiaco, elementos que son parte de una psique colectiva construido en un ideal, o de la experiencia común del policía urbano de mitad del siglo pasado al presente. Hablo de problemas psicológicos relacionados con la naturaleza violenta y autodestructiva de los personajes, y que es demostrada en la mayor parte de la película, y que al igual que en muchas historias policiacas se siente una tensión que cruza de un lado a otro la línea de lo moral y de lo correcto sobre las acciones típicas de un guardián de la ley. Estas características son evidentes en los arrebatos violentos de Robert De Niro (aunque las escenas junto a Carla Gugino son de verse, en especial para las pupilas masculinas) y en el constante insomnio de Al Pacino, es un elemento que nos expresa la constante lucha entre el bien y el mal, de saber los límites de lo correcto y del abuso, de quienes tiene el poder de usar la violencia de manera consciente o solo como instrumentos.


Jon Avner trató de utilizar lo clásico para un par de clásicos, lo malo fue que se volvió tan predecible la historia que llega a una simpleza narrativa. No es un gran trabajo, pero llama la curiosidad de ver a estos dos señores juntos. Deja una sensación de que hace falta algo, de que esto ya lo vimos, tal vez sea la misma sensación desabrida que encontramos en “Heat”, una persecución frente a frente entre los egos de los actores. En las partes finales nos podemos dar cuenta de que la película parece estar hecha como un deber a sus seguidores, más que por el deseo de expresar algo nuevo en la pantalla cinematográfica.




Lo Mejor: La presencia de las dos leyendas. Un punto a parte a la sensualidad de carla Gugino, siempre es bueno verla en pantalla.

Lo Peor: La simpleza de la historia no logró que mucha gente se interesara en el mismo producto, creo que el lograr juntar a estos dos actores se merece una gran historia.

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